¿Por qué un segundo no dura siempre lo mismo?
La medición del tiempo
El tiempo es una de las unidades de medida más importantes en el mundo, y ha sido utilizado desde hace siglos para medir eventos, calcular otros fenómenos y para entender y observar el universo. Los antiguos egipcios y babilónicos fueron los primeros en usar calendarios y horarios, y desde entonces, muchas culturas han desarrollado y perfeccionado sus propias formas de medición del tiempo.
El problema del segundo
Cuando hablamos de unidades de medida del tiempo, una de las más comunes y precisas es el segundo. Este es una unidad de tiempo estándar, y se utiliza para establecer tiempo para muchas cosas, desde la medición del envejecimiento humano hasta el tiempo que tarda una señal de luz en viajar por un espacio determinado.
Pero como cualquier otra unidad de medida, el segundo no es una medida perfecta. Resulta que, el segundo como unidad de tiempo no es tan constante como se pensaba originalmente. Y es que, un segundo no dura siempre lo mismo.
¿Qué es un segundo?
Antes de entrar en detalles sobre el problema real, es importante entender qué es un segundo en sí. Un segundo se define como la duración de 9,192,631,770 periodos de la radiación que corresponde a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio 133.
Este es un proceso muy preciso y se utiliza para mantener la hora atómica internacional (TAI), el tiempo de referencia que se utiliza en todo el mundo para medir el tiempo. Pero aunque este proceso se ve muy certero, hay muchas otras fuerzas que afectan la duración de un segundo en nuestro mundo.
Factores que influyen en la duración de un segundo
Uno de los principales factores que afectan la duración del segundo es la energía de la rotación de la Tierra. La Tierra no es una esfera perfecta, y está sujeta a muchos cambios en su eje de rotación, como la pérdida de energía de la gravedad de la Luna, la irregularidad de la masa en diferentes lugares del planeta, la influencia de las mareas y otros factores. Y todo esto tiene un efecto en la velocidad de rotación de la Tierra.
Estos cambios en la velocidad de rotación de la Tierra alteran la duración del día solar, y como resultado, el uso del segundo como una unidad precisa de tiempo se ve afectado. Por lo tanto, un segundo no dura siempre lo mismo y varía dependiendo de la rotación de la Tierra.
Cápsula del tiempo
En un esfuerzo por mantener la precisión y la estandarización del tiempo internacional, en 1967 se estableció el sistema de tiempo atómico internacional, la cual se basa en el ciclo de radiación de los átomos de cesio. Pero incluso aquí, la duración de un segundo no es exactamente constante, ya que la velocidad de rotación de la Tierra sigue siendo variable.
Debido a esto, en 1972 se incluyó el minuto intercalar (leap second), que es una adición adicional de un segundo que se inserta en el reloj para hacer coincidir la hora atómica con la hora solar universal, acercándonos así a la hora de la rotación de la Tierra.
Conclusión
En resumen, un segundo no dura siempre lo mismo debido a la variabilidad de la rotación de la Tierra. Pero aunque esto pueda parecer un problema en términos de medición del tiempo, los científicos han descubierto formas de corregir este problema mediante la adición de un minuto intercalar y el uso de la hora atómica internacional. La medición del tiempo sigue siendo una disciplina en constante evolución, y es realmente asombroso lo mucho que tenemos que aprender y comprender sobre nuestra propia realidad.